viernes, noviembre 26

Me encanta entender (o psicoentenderlo) que quiero un ratón pero a la vez no lo deseo :)

jueves, septiembre 9


Ya es una realidad.

lunes, junio 28


Una semana... y será todo tuyo.

domingo, junio 6

Nut


La diosa del universo, del cielo y de los astros egipcia. Se dice que el mundo fue creado a partir de sus fluidos internos. También que cada noche devora al sol y lo hace renacer cada mañana.

domingo, mayo 30

domingo, mayo 23

sábado, mayo 15


Mírame las líneas de las manos
y hazme veinte cortes de cuchillos.
Mi futuro ya me lo he gastado...
regálame alguno con más brillo.

sábado, marzo 13

Mi vida es demasiado triste.

sábado, febrero 27

Pequeña nota mental


Y aunque sepa que nunca llegaré a poder fotografiar algo así, es bonito imaginarlo.

domingo, febrero 21


Y ahora entiendo que el amor son esos besos que te doy después del sexo.

sábado, febrero 13

Cerca de mi casa hay un descampado donde la gente fuma porros o simplemente pasea a los perros. Hoy por la noche, pensé que era un buen sitio para desahogarme y mirar las estrellas (cosa que queria hacer desde hace mucho). Me dirigí para allá pero al llegar no pude pasar más de dos metros. Sinceramente tenía miedo de la oscuridad y no podía ir sola allí. Así que me quedé en el muro, llorando y gimiendo, pensando lo gilipollas que era. Me di cuenta de que no podía estar allí sin ti. y lo gracioso es que huía de eso.


Lo siento.

viernes, enero 1

Pequeños roedores que hacen la vida más feliz


Chalalalala oh oh oh

En sí, la vida es aburrida. Por eso nos inventamos cosas como los libros, la televisión, el propio lenguaje para comunicarnos, las pinturas de uñas o incluso blogs estúpidos como este. Somos capaces de inventar hasta sentimientos. ¿De verdad creen en el amor? ¿Invención del homo sapiens para no sentirse solo? ¿Mezcla de sustancias en la glándula pineal?

Digan lo que digan, a nadie le gusta estar solo. Necesitamos la compañía de algo constantemente, si no... ¿se imaginarían estar en un campo de trigo sin nada ni nadie alrededor durante el resto de los ochenta años venideros?

Horrible.

domingo, diciembre 13

Me he dado cuenta de que me muero por ver a Platero en directo. Sería una de las mayores ilusiones de mi vida. De verdad.

viernes, diciembre 11

martes, diciembre 8

Piedra, papel y mechero.

Estoy buscando hierba que amortigüe el camino. Estoy buscando un mundo en todos los sentidos.


Es una dulce simbiosis entre mis piernas y mis rayas. O las tuyas.

Es alucinante como unos instrumentos, una voz y unas buenas letras pueden llegarte dentro. ¿Habrá alguna explicación para el hecho de que sienta como de mis poros sale la felicidad a chorros? Y no sólo es esa felicidad musical. También está aquella que tu sonrisa deja ver cuando hablas con tu hermano. O cuando abrazas a la cama tanto como a él. Mola saber que lo que te rodea puede producirte todo esto. Hoy estoy feliz :)

miércoles, noviembre 25

Por el Barrio Latino...



¿Qué me dirías si te digo que te llevaré a un agujero de gusano?

Está claro, te morirías por volver a tu Paris bohemia...

martes, noviembre 17

Anda, vamos al baño...




Como dos adolescentes lascivos buscamos un descampado...

viernes, noviembre 13

Nunca se me corré el rimel

Mmm





Llega un momento en el que el tiempo se te queda corto. Esa cuarta realidad tan relativa se hace pequeñita. Y necesitas
algo más. Quizás ese algo me está esperando fuera de todo esto. Tendré que deshacerme del reloj pues.

domingo, noviembre 1

Yo, con mi pelusa de café.
Tú, con tus acordes arrítimicos.
Yo, con mi corazón abierto a algodones de chocolate.
Tú, con tus venas llenas de bemoles.

Ambos: amor verdadero y puro.

jueves, octubre 22

Guacamayos y compañía


Cómo mola saber que los guacamayos (pájaros en general) se picotean entre las plumas para llenar su pico de cera. Más tarde, con él se "barnizan" su esplendoroso plumaje y... ¡voilà! Ya tienen protección bajo la lluvia.


Cómo mola estudiar algo que te llena.

martes, octubre 20

I'm coming...

Y ahora quiero llamarte por teléfono y decirte que aunque no me diera cuenta en aquel momento... aquello fue importante para mí.

domingo, octubre 11


Desde El Sacromonte por el Paseo los Tristes hacia Plaza Nueva por el Albahicín. En la Calle Elvira nos vamos de fiesta, si quieres quedamos esta noche allí...

miércoles, octubre 7

Oh...



If you smile... I smile.

miércoles, septiembre 30

Jodidos pero contentos, viendo los años pasar como gaviotas de ojos tristes.

domingo, septiembre 27

María tiene cuerpo de cometa


Envolverme en tu esencia de vodka y caramelos. Vagabundear por calles abandonadas amenizando la espera. Contigo, no tendré miedo a no saber quién soy. Contigo no importa gastar en drogas, porque realmente tú y yo somos la revolución y siempre, siempre habrá playa para nuestros sueños. Pecar, nuestro hobby por excelencia. Pensarte, pensar que no podría estar mejor que a tu lado ahora mismo aquí. El reloj siempre hace tic tac, pero el tiempo no existe. Por eso da igual perder ese tren, siempre habrá uno detrás y mejor. Mis llamadas suicidas, las tuyas perdidas, pequeñas ilusiones. Quiero regalarte la llave de mi imaginación, absorbernos en esta habitación y escuchar tus mil y un cuentos. La vida ha demostrado que es muy puta a veces, pero lo superamos. Porque como los grandes, Jack Kerouac, Allen Ginsberg... con su vitalidad, con sus éxtasis hemos renunciados a ser tristes. Porque la tristeza es algo efímero y la felicidad, eterna.

jueves, septiembre 24

¿Y que pasaría si así, de repente, desaparecieran los paraguas del mundo?

Todo sería un tremendo CAAAAAAAAAAAAAAAAOS.

martes, septiembre 15

Mi - mi


Algo la incomodaba. Miró hacia la puerta y allí, en aquella pequeña ranura, estaba ella. Con su inusual máscara. Jajaja. Es que era todo tan gracioso. Ella lo hacía todo tan gracioso...

jueves, septiembre 3

miércoles, septiembre 2

Y con una imagen y una canción...



http://www.youtube.com/watch?v=Fh7DWzdBkh0

"No los odias?, esos silencios incómodos. ¿Por qué necesitamos decir algo para rellenarlos?. Es por eso que sabes que has encontrado a alguien especial. Puedes estar callado durante un puto minuto y disfrutar del silencio".


Con vos... esos sinpalabras no estropean nada. Lo mejoran.

Bienvenidos

Hoy he tomado la resolución de seguir. Seguir adelante con estos colores. Con estas fuentes de luz. Para sentirme un poco más viva (¿más aun?). Y para poder compartir.


martes, septiembre 1



Día tras día, al volver del trabajo, pasaba por la misma farola. Y día tras día se preguntaba lo mismo: ¿por qué todas sus compañeras gozaban de la compañía de una graciosa bombillita y ella no? Abrió la puerta de su cuarto y acto seguido oyó gritar a su madre. "Otra vez..." pensó. Todas las noches repetía como un papagayo que sacara al perro. La verdad es que su vida no era muy interesante. No era como esas adolescentes de las películas americanas populares, animadoras y con novios guapos. Era simplemente una chica de diecisiete años, que escuchaba jazz, que adoraba los gatos y que preparaba una revolución... su propia revolución. Esa noche fue diferente a las demás. Estaba deprimida y sólo pensaba por qué los demás la rechazaban. Así que salió con su viejo abrigo gris a la calle sin rumbo alguno. No podía quitarse de la cabeza aquella canción que hablaba de vidas cruzadas. Muchas veces había pensado que su vida se cruzaría con una mucha más interesante y que así, fusionadas, serían felices para la eternidad. Al pasar por aquella farola, su favorita, se sintió mucho mejor. Por fin lo entendió todo, había estado en todo momento delante de su cara. El único problema en su vida era el tiempo, si rompía sus dichosos minutos y segundos lograría liberarse. Así, su tic-tac personal dejó de sonar y en el final... sonrió. Al día siguiente, en todas las portadas de los periódicos locales se hallaba el mismo titular: "Chica joven se suicida sin motivo aparente".

jueves, enero 8

Vente

Me fui a los bosques porque quería vivir sin prisas. Quería vivir intensamente y sacarle todo el jugo a la vida, para no descubrir en el momento de mi muerte que no había vivido.

lunes, noviembre 3

Así sí...



Una de las mejores cosas que he hecho desde hace tiempo: irme una tarde cualquiera a una hora cualquiera en un tren cualquiera a Sevilla a pasar simplemente las horas allí.


También he de decir que la ayuda de mis cantautores favoritos ha favorecido bastante, sin ellos hubiera sido una tarde larga, aburrida y sin sentido.
La gente es muy suya en ocasiones.


Me sorprende como una simple sonrisa por mirar a alguien tocando la guitarra me haga feliz. Ver a una pareja, al amor, abrazándose y diciéndose cosas bonitas tambien me hace feliz. O incluso ver como corretean niños chicos (con lo odiosos que me parecen) por la plaza y notar su inociencia no perdida aun... me llena de ganas de seguir andando.



Me doy cuenta de que la vida no es tan triste y monótoma. Me doy cuenta de que hay millones de situaciones que aun me quedan por vivir. Me percato que todavía puedo estar un mes viajando, o bañarme en el lago de Santorini, o tener un terranova o simplemente sé que dentro de 15 años podré estar abrazada a la persona que ame en ese momento en mi sofá, viendo una película un viernes noche.


Realmente... hoy me he sentido bien. Me he sentido a gusto conmigo misma y con el mundo que me rodea.

lunes, octubre 27

Escríbeme


Empezaré diciendo la verdad: no sé escribir. De vez en cuando salen de mí un puñado de palabras que parecen estar bien organizadas y tener un sentido concreto. Pero eso no es saber escribir.

Sin embargo tú si sabes. Tienes la capacidad de poder expresar con palabras lo que deseas o lo que sientes. Tienes imaginación, eres creativx y quieres hacerlo.

Así que ya sabes, no desaproveches esa pequeña ilusión. Convierte las letras en geniales cuentos, magníficas poesías o incluso si te atreves... alguna que otra novela.

Ya por último solo te pido que dejes aquí algo de tu don. Escríbeme algo que te llene, algo que nos llene. Porque con las palabras se entiende la gente :)

jueves, octubre 23

Aceite de perro



Me llamo Boffer Bings. Nací de padres honestos en uno de los más humildes caminos de la vida: mi padre era fabricante de aceite de perro y mí madre poseía un pequeño estudio, a la sombra de la iglesia del pueblo, donde se ocupaba de los no deseados. En la infancia me inculcaron hábitos industriosos; no solamente ayudaba a mi padre a procurar perros para sus cubas, sino que con frecuencia era empleado por mi madre para eliminar los restos de su trabajo en el estudio. Para cumplir este deber necesitaba a veces toda mi natural inteligencia, porque todos los agentes de ley de los alrededores se oponían al negocio de mi madre. No eran elegidos con el mandato de oposición, ni el asunto había sido debatido nunca políticamente: simplemente era así. La ocupación de mi padre -hacer aceite de perro- era naturalmente menos impopular, aunque los dueños de perros desaparecidos lo miraban a veces con sospechas que se reflejaban, hasta cierto punto, en mí. Mi padre tenía, como socios silenciosos, a dos de los médicos del pueblo, que rara vez escribían una receta sin agregar lo que les gustaba designar Lata de Óleo. Es realmente la medicina más valiosa que se conoce; pero la mayoría de las personas es reacia a realizar sacrificios personales para los que sufren, y era evidente que muchos de los perros más gordos del pueblo tenían prohibido jugar conmigo, hecho que afligió mi joven sensibilidad y en una ocasión estuvo a punto de hacer de mí un pirata.


A veces, al evocar aquellos días, no puedo sino lamentar que, al conducir indirectamente a mis queridos padres a su muerte, fui el autor de desgracias que afectaron profundamente mi futuro.


Una noche, al pasar por la fábrica de aceite de mi padre con el cuerpo de un niño rumbo al estudio de mi madre, vi a un policía que parecía vigilar atentamente mis movimientos. Joven como era, yo había aprendido que los actos de un policía, cualquiera sea su carácter aparente, son provocados por los motivos más reprensibles, y lo eludí metiéndome en la aceitería por una puerta lateral casualmente entreabierta. Cerré en seguida y quedé a solas con mi muerto. Mi padre ya se había retirado. La única luz del lugar venía de la hornalla, que ardía con un rojo rico y profundo bajo uno de los calderos, arrojando rubicundos reflejos sobre las paredes. Dentro del caldero el aceite giraba todavía en indolente ebullición y empujaba ocasionalmente a la superficie un trozo de perro. Me senté a esperar que el policía se fuera, el cuerpo desnudo del niño en mis rodillas, y le acaricié tiernamente el pelo corto y sedoso. ¡Ah, qué guapo era! Ya a esa temprana edad me gustaban apasionadamente los niños, y mientras miraba al querubín, casi deseaba en mi corazón que la pequeña herida roja de su pecho -la obra de mi querida madre- no hubiese sido mortal.


Era mi costumbre arrojar los niños al río que la naturaleza había provisto sabiamente para ese fin, pero esa noche no me atreví a salir de la aceitería por temor al agente. "Después de todo", me dije, "no puede importar mucho que lo ponga en el caldero. Mi padre nunca distinguiría sus huesos de los de un cachorro, y las pocas muertes que pudiera causar el reemplazo de la incomparable Lata de Óleo por otra especie de aceite no tendrán mayor incidencia en una población que crece tan rápidamente". En resumen, di el primer paso en el crimen y atraje sobre mí indecibles penurias arrojando el niño al caldero.


Al día siguiente, un poco para mi sorpresa, mi padre, frotándose las manos con satisfacción, nos informó a mí y a mi madre que había obtenido un aceite de una calidad nunca vista por los médicos a quienes había llevado muestras. Agregó que no tenía conocimiento de cómo se había logrado ese resultado: los perros habían sido tratados en forma absolutamente usual, y eran de razas ordinarias. Consideré mi obligación explicarlo, y lo hice, aunque mi lengua se habría paralizado si hubiera previsto las consecuencias. Lamentando su antigua ignorancia sobre las ventaja de una fusión de sus industrias, mis padres tomaron de inmediato medidas para reparar el error. Mi madre trasladó su estudio a un ala del edificio de la fábrica y cesaron mis deberes en relación con sus negocios: ya no me necesitaban para eliminar los cuerpos de los pequeños superfluos, ni había por qué conducir perros a su destino: mi padre los desechó por completo, aunque conservaron un lugar destacado en el nombre del aceite. Tan bruscamente impulsado al ocio, se podría haber esperado naturalmente que me volviera ocioso y disoluto, pero no fue así. La sagrada influencia de mi querida madre siempre me protegió de las tentaciones que acechan a la juventud, y mi padre era diácono de la iglesia. ¡Ay, que personas tan estimables llegaran por mi culpa a tan desgraciado fin!


Al encontrar un doble provecho para su negocio, mi madre se dedicó a él con renovada asiduidad. No se limitó a suprimir a pedido niños inoportunos: salía a las calles y a los caminos a recoger niños más crecidos y hasta aquellos adultos que podía atraer a la aceitería. Mi padre, enamorado también de la calidad superior del producto, llenaba sus cubas con celo y diligencia. En pocas palabras, la conversión de sus vecinos en aceite de perro llegó a convertirse en la única pasión de sus vidas. Una ambición absorbente y arrolladora se apoderó de sus almas y reemplazó en parte la esperanza en el Cielo que también los inspiraba.


Tan emprendedores eran ahora, que se realizó una asamblea pública en la que se aprobaron resoluciones que los censuraban severamente. Su presidente manifestó que todo nuevo ataque contra la población sería enfrentado con espíritu hostil. Mis pobres padres salieron de la reunión desanimados, con el corazón destrozado y creo que no del todo cuerdos. De cualquier manera, consideré prudente no ir con ellos a la aceitería esa noche y me fui a dormir al establo.

A eso de la medianoche, algún impulso misterioso me hizo levantar y atisbar por una ventana de la habitación del horno, donde sabía que mi padre pasaba la noche. El fuego ardía tan vivamente como si se esperara una abundante cosecha para mañana. Uno de los enormes calderos burbujeaba lentamente, con un misterioso aire contenido, como tomándose su tiempo para dejar suelta toda su energía. Mi padre no estaba acostado: se había levantado en ropas de dormir y estaba haciendo un nudo en una fuerte soga. Por las miradas que echaba a la puerta del dormitorio de mi madre, deduje con sobrado acierto sus propósitos. Inmóvil y sin habla por el terror, nada pude hacer para evitar o advertir. De pronto se abrió la puerta del cuarto de mi madre, silenciosamente, y los dos, aparentemente sorprendidos, se enfrentaron. También ella estaba en ropas de noche, y tenía en la mano derecha la herramienta de su oficio, una aguja de hoja alargada.


Tampoco ella había sido capaz de negarse el último lucro que le permitían la poca amistosa actitud de los vecinos y mi ausencia. Por un instante se miraron con furia a los ojos y luego saltaron juntos con ira indescriptible. Luchaban alrededor de la habitación, maldiciendo el hombre, la mujer chillando, ambos peleando como demonios, ella para herirlo con la aguja, él para ahorcarla con sus grandes manos desnudas. No sé cuánto tiempo tuve la desgracia de observar ese desagradable ejemplo de infelicidad doméstica, pero por fin, después de un forcejeo particularmente vigoroso, los combatientes se separaron repentinamente.


El pecho de mi padre y el arma de mi madre mostraban pruebas de contacto. Por un momento se contemplaron con hostilidad, luego, mi pobre padre, malherido, sintiendo la mano de la muerte, avanzó, tomó a mi querida madre en los brazos desdeñando su resistencia, la arrastró junto al caldero hirviente, reunió todas sus últimas energías ¡y saltó adentro con ella! En un instante ambos desaparecieron, sumando su aceite al de la comisión de ciudadanos que había traído el día anterior la invitación para la asamblea pública.


Convencido de que estos infortunados acontecimientos me cerraban todas las vías hacia una carrera honorable en ese pueblo, me trasladé a la famosa ciudad de Otumwee, donde se han escrito estas memorias, con el corazón lleno de remordimiento por el acto de insensatez que provocó un desastre comercial tan terrible.

domingo, octubre 19

Vómito


Quiero vomitar. Vomitarlo todo. Vomitar tus palabras y las mías. Vomitar sus palabras. Vomitar mis pensamientos. Vomitar la comida que me mantiene consciente. Vomitar estas ganas de llorar. Vomitar mis sentimientos. Vomitar estos nervios. Vomitar la vida.

martes, septiembre 23

Se me cae un mito...

Lo que se presentaba como una magnífica noche de rock, con más de 5.000 personas congregadas en el Recinto Ferial Permanente de la capital ribereña, ansiosas por ver en directo a los míticos Extremoduro, con Robe a la cabeza, terminó deslucida por la actitud del cantante del grupo extremeño. Y eso que todos los augurios estaban de parte de la buena música y de la diversión.


Las inmediaciones del escenario elegido para el concierto estaban repletas de coches, único medio de transporte al no haber servicio de autobuses, y la gente se reunía en grupos para perpetuar la costumbre del botellón. La prohibición de introducir bebidas en el recinto hizo que el telonero, Doctor Deseo, no contara con un público tan nutrido como el que se congregaba en el exterior al calor de la cerveza, el calimocho y otros combinados varios. Al filo de las 22:45 horas, la procesión hacia la entrada para acceder al concierto provocaba colas antológicas en las que se mezclaban los incondicionales del grupo, de la Ribera y de otros puntos de la provincia y de la región, con aquellos arandinos que, estando de fiesta, no tenían otra alternativa más apetecible para esas horas de la noche del viernes.


Todo comenzó normalmente, con un cuarto de hora de retraso sobre el horario previsto. Las luces se apagaron, la música empezó a sonar y el público, entregado desde el primer acorde, dispuesto a demostrar el tirón que tienen las canciones de este grupo extremeño. Las primeras palabras de Robe, «buenas noches a todos menos a los que están ahí sentados», fueron el comienzo de una noche para olvidar. El alma mater del grupo se refería a una treintena de personas que estaban viendo el espectáculo desde fuera.


Tras interpretar tres temas, Robe paró su actuación durante unos 40 minutos a la espera de que las fuerzas del orden, Policía Nacional y Local e incluso una dotación de la Guardia Civil, desalojasen a ese pequeño grupo de personas que, por estar en la calle, tenían todo el derecho a permanecer ahí. Los efectivos policiales les invitaron a marcharse, para evitar que los ánimos se calentasen, y actuaron en todo momento con educación y corrección.


Robe reanudó su presencia en el escenario justificando su actitud en la defensa de los derechos de los artistas y de los que habían pagado su entrada para ver el directo. Eso encrespó los ánimos del público y muchos de los presentes abandonaron el recinto, yendo más de 300 a situarse en el lugar de donde habían invitado a marcharse a la anterior treintena de personas. Con su entrada pagada, estaban en su derecho de ver el concierto desde donde quisieran.


Esta postura debió de enfadar más al cantante de Extremoduro, que volvió a parar el concierto, para reanudarlo más tarde, otros 40 minutos, interpretando el resto del repertorio previsto pero sin parar, para no tener que escuchar las críticas que el público presente le lanzaba de forma casi unánime.


La situación pudo terminar peor ya que, algunos vehementes, lanzaron objetos al escenario y destrozaron algunas vallas de la zona del concierto. Otra forma de protestar, incivilizada quizás, pero protesta al fin y al cabo ante una actitud que no dice nada bueno del individuo que la mantenga o la defienda.



Qué triste me parece...

sábado, agosto 30

Mírame...

Otro dia sola al despertar.
Desde hace ya tiempo esto es igual.
Solos tu y yo en la habitacion
y ya no hay calor entre los dos.
Lo vamos dejando arrastrar otro dia mas.
Miro hacia atras... las horas pasan sin parar.


Mírame y dime que
no puedes estar sin mi,
sin ti no quiero vivir,
sin ti dejo de existir.
Mirame...

Gira un momento, vuelve atras,
camina a mi lado una vez mas.
Si ha habido algo malo olvidalo,
esta vez sera mucho mejor.
Daría lo que fuera por volver a sentir
tu aliento, tus caricias, verte sonreir...


Pierdo el sentido de mi vida.
Pierdo todo por lo que luche.
En un instante quiero ver
como las dudas de ayer
se borran sin mas...
y estoy cerca de ti.

martes, agosto 19

Nebulosa

No sé si me quieres.
No sé si me utilizas.
No sé si estás enamorado de mi.
No sé si realmente te importo.
No sé si te acuerdas de mi cuando no estoy.
No sé si me echas de menos.
No sé si piensas en mí.
No sé si te gusto.
No sé qué sentirías en el caso de perderme.
...


Desconozco por completo tus sentimientos ahora mismo. Lo único que sé es que yo seguiría dando gilipollamente mi vida por ti. Aun no sintiéndome querida, lo haría..

viernes, agosto 15

El reloj de la vida



Naces, creces y mueres.

Es curioso como una simple frase puede describir todo el ciclo vital que cualquier ser en este mundo.

Una vez que nacemos, observamos las cosas con todos los sentidos, sentimos curiosidad por cualquier sencillez y ante todo queremos descubrir el mundo que se nos presenta. Es una bonita etapa pero poco a poco la vida te va enseñando cosas, es eso a lo que llaman "crecer".

Nuestras preocupaciones van variando. Antes te importaba ser el primero en llegar a clase y en cambio ahora te preocupa no llegar tarde a ella.

Se nos van presentando sensaciones que no conocíamos y en muchas ocasiones uímos de ellas. La amistad cobra un sentido importante, el amor llega como una bofetada a tu cara, la libertad le grita al viento que la persigas, la insesatez te abruma... demasiados sentimientos para quién no está preparado.

Más tarde dicen que "maduras" aunque dudo que en muchos casos ocurra. Trabajo, estudios, amigos, pareja, niños (en el caso de que los haya), familia, hogar, hipoteca, dinero. Y sobre todo, por lo visto ves la vida con un sentido completamente diferente.

Durante toda la historia, el ser humano se ha empeñado en buscar el sentido a nuestra existencia. Yo personalmente creo que estamos aquí para procrear, llevar adelante la especie y mientras hacemos eso, entreternos con lo que tenemos.

Podemos seguir y llegariamos a la vejez. Esa estapa a la que tantos temen, esta etapa en la que tu cuerpo y la sociedad te privan de tantas cosas... esa etapa en la que muchos (idiotas) se preocupan por la muerte. La muerte es algo natural, a todos nos llega, tarde o temprano, y no hay que asimilarla con temor, ni mucho menos. Cuanto más te preocupes por ella... más muerto estarás.

Y en estas simples palabras, resumiría yo una vida. La vida es una sucesión de costumbres. Acostumbrarse a situaciones y dejarlas marchar para que entren otras tantas. Eso es vida.




No malgastes el reloj de tu vida. Llora pero no te hundas. Ríe pero no te pierdas. Vive pero enloquece.

Ante todo yo... ambiciono a enloquecer.

lunes, agosto 11

Je t'aim...



Cuando me quedo sola y me da por pensar, pienso en tu cuerpo desnudo y ya no puedo parar. Tu boca se aproxima, tus manos, ¿dónde irán? Tu lengua me domina y pierdo la voluntad.

Si quieres que te dé mi amor... susurra en mi oído y convénceme.

sábado, abril 19

Fronteras como barreras


Desde siempre los pueblos han luchado por su independecia, por ser un único país, por tener una estúpida bandera. Es verdad que a lo largo de la historia ha habido momentos donde aquello era necesario, había que avanzar. Pero... ¿ahora mismo para qué exactamente sirve? ¿Te quieres independizar de qué? ¿De un trozo de tierra?

Para mi eso no sirve para nada, una frontera simplemente es otra barrera para los hombres. Si un animal puede vivir tanto en Irlanda como en Bolivia, ¿por qué un hombre no?

Las banderas solo crean conflictos, algunos llegan a las armas y otros simplemente se quedan en la palabra, pero todos problemas. Las nacionalidades originan desigualdad e intolerancia. Y así podríamos seguir eternamente, pero no es mi intención.

En definitiva, hay otros métodos (como crear pequeñas comunidades de gente, donde cada cual puede ir o quedarse donde le apetezca, respetando las normas de convivencia de dicha comuna) que para mí, solucionarían en algo este mundo.



En la imagen, una pequeña muestra de lo que esto (y muchos más problemas) puede ocasionar.

viernes, enero 18

Las etapas



Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida.

Si insistes en permanecer en ella, más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos. Como quiera llamarlo, lo importante es poder cerrarlos, dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.

¿Terminó con su trabajo?, ¿Se acabó la relación?, ¿Ya no vive más en esa casa?, ¿Debe irse de viaje?, ¿La amistad se acabó?

Puede pasarse mucho tiempo de su presente “revolcándose” en los porqués, en devolver el casette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho.

El desgaste va a ser infinito porque en la vida, usted, yo, su amigo, sus hijos, sus hermanas, todos y todas estamos abocados a ir cerrando capítulos, a pasar la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la Vida y seguir adelante.

No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltar, hay que desprenderse.

No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros.

El desgaste va a ser infinito porque en la vida, usted, yo, su amigo, sus hijos, sus hermanas, todos y todas estamos abocados a ir cerrando capítulos, a pasar la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la Vida y seguir adelante.
¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, documentos por tirar, libros por vender o regalar. Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir con sólo lo que tenemos en el presente!. El pasado ya pasó.

No esperen que le devuelvan, no espere que le reconozcan, no espere que alguna vez se den cuenta de quién es usted. Suelte el resentimiento, el prender “su televisor personal” para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarlo mentalmente, envenenarlo, amargarlo.

La vida está para adelante, nunca para atrás. Porque si usted anda por la vida dejando “puertas abiertas”, por si acaso, nunca podrá desprenderse ni vivir lo de hoy con satisfacción.

Noviazgos o amistades que no clausuran, posibilidades de “regresar” (a qué?), necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios que lo invadieron. ¡Si puede enfrentarlos ya y ahora, hágalo!, si no, déjelo ir, cierre capítulos. Dígase a usted mismo que no, que no vuelve.

Pero no por orgullo ni soberbia, sino porque usted ya no encaja allí, en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en ese oficio. Usted ya no es el mismo que se fue, hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto, no hay nada a que volver. Cierre la puerta, pase la hoja, cierre el círculo. Ni usted será el mismo, ni el entorno al que regresa será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático.

Es salud mental, amor por usted mismo desprender lo que ya no está en su vida. Recuerde que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo, nada es vital para vivir porque: cuando usted vino a este mundo ‘llegó’ sin ese adhesivo, por lo tanto es “costumbre” vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy le duele dejar ir. Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr porque, le repito, ¡nada ni nadie nos es indispensable! Sólo es costumbre, apego, necesidad.
El fin de año suele marcar para muchos el final de una etapa, todos decimos eso de año
Pero …. cierre, clausure, limpie, tire, oxigene, despréndase, sacuda, suelte. Hay tantas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escoja, le ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad.

¡Esa es la vida!







Para mi si hay personas indispensables...

lunes, diciembre 10

Una diferente forma de crecer



Cuando le toco, siento su calor y una sensación reconfortante me recorre el cuerpo.
Cuando me mira de esa manera, río... y él ríe conmigo.
Cuando sé que está mal, lloro y no consigo entender por qué no puedo parar.
Cuando se enfada, en realidad solo me está demostrando lo que le importo.
Cuando me abraza y me susurra un débil "te quiero" sé que está dejando escapar un trocito de su corazón.

Muchas veces pienso que dependo en bastantes aspectos de él... algo triste, yo que siempre he querido ser libro e independiente. Pero pensándolo mejor... puede que lo quiera tanto que quizás me sienta una parte más de él, soy esa parte que cuando él sufre entristece , esa mínima parte que cuando él se siente bien... crece.